Españoleando en Guirilandia

Soy cañí porque así me hizo Dios.

27 octubre 2004

¡Essspaña!

El otro día Cat, mi flatmeit inglesa, me preguntó qué era lo que más me gustaba de España. Me quedé absolutamente en blanco.
Pensé en el incidente. ¿Qué me gusta de España? Sinceramente, no encontraba nada.

Traté de averiguarlo. Pensé en un primer momento en los baluartes del orgullo español de mis compañeros erasmus: clima, siesta, comida, horario nocturno. Pueril, irrelevante, relativo, insustancial.
Pensé después en la cultura popular, en esas cosas que me representan cada vez que me presento como español: tómbola, toros, glamour de tres al cuarto, habladurías, parafernalia sin fondo y la peor tradición que jamás hemos tenido. Simplemente despreciable.
Pensé en la historia: inquisición, aniquilación, imposición, catolicismo, dictadura. Ejem.
Pensé en algo más mío… música española, por ejemplo. Eso sí, sólo si obviamos que todo es un reflejo de lo inglés o norteamericano.
Pero seguí ese camino y pensé en el arte. Y por fin encontré brillo.
Seguí ese brillo y pensé en el idioma. Definitivamente, pensé, eso es lo que más me gusta de España, mi mayor vínculo con ese país de cristos con lentejuelas… y lo que más echo de menos aquí: el castellano.

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19 octubre 2004

Notas para un bosquejo de la Universidad

En esta ocasión hablaré de las diferencias entre las universidades de Oxford Brookes y Zaragoza.
Empezaré por el principio. Mi primer contacto con Oxford Brookes, aún en Zaragoza: información, toneladas de ella, sobre mi futura partida.
Mi último contacto con la universidad de Zaragoza: problemas con la matrícula. Una reunión desorientadora simplemente equivocada.

Una vez aquí: meeting en el aeropuerto de Heathrow, reuniones especiales para estudiantes internacionales, para españoles, cuidado y preocupación, panfletos a patadas, multitud de talleres para nuevos estudiantes (encontrar empleo, controlar el presupuesto, religiones minoritarias…), tours guiados por la ciudad, por las tiendas y supermercados cercanos e incluso por los bares y discotecas por los que salir.
Todo eso en Oxford Brookes. En la de Zaragoza… ah, ¿pero aún existe?

Hablemos de tutores: aquí puedo acudir en cualquier momento al personal, al de estudiantes internacionales, o a los 3 alumnos responsables de la residencia. En Zaragoza, dedico en la napia y a escarbar.

El valor añadido de la universidad. Aquí en la Union, la asociación de estudiantes, hay bares, discotecas, cafeterías, restaurantes, oficinas de empleo, médicos, dentistas, tiendas, agencias de viajes y de seguros, bancos, etc, por no hablar de la multitud de asociaciones con lugar propio y las constantes actividades temporales. La propia universidad tiene sus líneas de autobuses gratuitas para los estudiantes, incluso hay un servicio de "taxis" para los estudiantes borrachos de sábado por la noche: llaman y les van a buscar por 1 pound. Y si se lo han bebido todo, pues de gratis, oiga.
¿Y en Zaragoza? Sí… aún recuerdo la cafetería de la antigua Escuela de Empresariales…

Con respecto a los ordenadores, mejor ni hablar.

Y bueno, lo más importante, las clases. Participación, involucración e interactividad son las palabras clave. Aquí una clase es un diálogo, no un monólogo. ¿Es posible concebir un diálogo sin dos partes? No; un monólogo sí. Esa es la diferente importancia que se le otorga al alumnado aquí y allí. Aquí el profesor es más bien un guía, por eso la asistencia a clase es muy importante y no hay exámenes, todo se evalúa por trabajo durante el curso.
Tenemos 4 asignaturas por semestre, con 2 ó 3 horas de clase a la semana por cada una y siempre seguidas, de forma que se imparte hora o hora y media de teoría y el resto práctica. Y la materia sorprendentemente no se da a granel, encajándola con calzador a última hora; no, aquí el primer día el profesor reparte el programa para cada semana y eso es lo que se estudia ni más ni menos. Mucho más lógico, ordenado y asequible.
¿En Zaragoza? Mejor respondan, ¿cómo meter un elefante en un 600 empezando por el intestino delgado?

Bien, espero que hayan disfrutado con este nuevo post, ahora les dejo que tengo un frutero lleno de peras y manzanas que sumar. ¡Hasta la próxima!

10 octubre 2004

Razones por las que tomé esta decisión

Ponerme a prueba. Desafiarme y desafiaros. Acabar con esta asfixiante carrera. Tomar las riendas.

Desahogarme. Salir de un entorno que me afixiaba, limitado, restringiendo. Escapar de una ciudad soporífera y rutinaria. Huir de una cultura que apenas tenía ya qué ofrecer y en la que no me sentía a gusto.

Ser amarillo entre azules, avanzar hacia el negro. Comparar dos culturas para relativizar mis creencias. Probar ciertas hipótesis y afirmarlas, rechazarlas o dotarles de perspectiva.

Minar mi camino para aprender a saltar y bordear. Aprender a identificar, evaluar y tomar alternativas como rutina cotidiana. Aprender a comprender la piel como única maleta.

Y todo eso pasándomelo bomba.

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