El apasionante mundo de los fashions

Pero lo mejor que rescaté de entre los ordenadores de mi ciber no fue a un maca, ni estándar ni adolescente ni malo malote. Fue un personaje anónimo, al que llamaremos Mariano, traido por quién sabe qué circunstancias, y del que casi nada he logrado conocer en mis pesquisas cibernéticas.

Criado en una familia de gustos modernistas que no pierde de vista el clasicismo, fue en su infancia varias veces campeón de la liga interna de futbito de su colegio. Amante de la vida nocturna y la asimetría, con arraigadas costumbres hogareñas, Mariano es una persona de trato agradable pero de aspecto duro e indómito cuando lo requiere la ocasión.

Pero Mariano no necesita de ninguna presentación. Así que sin más, les dejo con él.

Disfruten.

El apasionante mundo de los macas: Héctor

A continuación pasaremos a analizar un par de casos particulares para obtener una visión más intima, persersonal y detallada del mundo maquil.

En primer lugar presento a Héctor, maca del subtipo malo malote, mostrándose tal y como es:

El apasionante mundo de los macas: Tipología maquil II

Colgao:

Arriba izq: Si va a preguntar x el de la camiseta azul mi primoArriba dcha: Mi vieja q ace unas fotos q pa keAbajo: El menda plantando un pino mientras se fuma un flay

Fashion:

Joaquín

El más malo (el "auténtico" maca):

El apasionante mundo de los macas: Tipología maquil I

Estándar:

El menda

Preadolescente:

Arnal con Víctor (arriba izq.), Alexandro (arriba dcha.) y Zapi (abajo)

"Quiero y no puedo":

En su apartamento de salou

El apasionante mundo de los macas: Simplemente, yo II

Pero sólo son los macas más intrépidos los que saben aprovechar todo su potencial a la hora de ligar-e, mostrándose, esta vez sí, en todas sus facetas:

El apasionante mundo de los macas: Simplemente, yo

A la hora de ligar por internet, los macas no son de esos que se ponen algún centímetro de más o se las dan de esto o aquello, como haría cualquier otro. Simplemente no lo necesitan, así que se muestran tal y como son:
Sin añadidos superficiales:

Felipe, Josema, Dani y anonimo

En todas sus facetas:

El apasionante mundo de los macas: Introducción

Esta viñeta que me mandó el Zipi me sirve como introducción perfecta para mi siguiente serie de posts: El apasionante mundo de los macas.

Una vez me comentó mi amiga Ali que le gustaría meterse por un día en la piel de un maca, sentir lo que siente, *pensar* como *piensa*. Desde entonces llevo esa idea revoloteando por mi cabeza. Y si... Podría hablar de automóviles, me referiría a las chicas como pivitas, sabría trucar las escúters y conducir vigorosamente; comprobaría periódicamente cuál de mis amigos o kolegas tiene el móvil más guapo, les mostraría las melodías del mío y el último salvapantallas con la bandera de España que me he descargado del 5588; proclamaría lo económico que me sale el gimnasio, y cada vez que viniera de él desearía encontrarme con algún conocido para poder comentarle de dónde vengo y las muchas horas ke invierto allí; adoptaría una indumentaria ecléctica, adaptando sutilmente ideas de varios movimientos: nazi-skin, pijo, bacala o moderno; increparía a diversos colectivos minoritarios, inquiriría a todo aquel que conozca su barrio de procedencia para nombrarle a mis amigos allí y frecuentaría los salones de juegos de mi barrio y toda discoteca cuya música fuese capaz de provocarle a mi abuela una parada cardiaca. Todo ello, por supuesto, aliñado con la camiseta Coliseum talla bebé, mi pendiente en la ceja, mi tribal, mi éxtasis, mi pelo rapado con semicírculo pinchudo, mi automóvil personalizado en el que amablemente entretendría a los viandantes con mis piribipipiripiri, y mis dos kos por segundo.

Éste sería yo, en el balcón de mi casa en un barrio de clase media-baja.

Pero se necesita mucha muchísima empatía para llevar a cabo semejante cambio de papeles. Me entreno gracias a unos documentos inéditos que tengo la suerte de poseer: toda una serie de 395 fotografías en las que aparecen retratados una amplia variedad de jóvenes macas, las cuales conseguí rescatar en mi etapa ciberpunk.

En esta serie de entradas que titulo El apasionante mundo de los macas compartiré con vosotros, mis queridos lectores, las mejores de ellas. Espero que las disfruteis.

El apasionante mundo de los macas: General

¡Con el primer fascículo gratis el segundo!

Comenzaré presentando a dos grupos maquiles, masculino y femenino, que vienen como anillo al dedo para iniciarse en el mundo del Ko. Noten el proceso de homogeneización que ha tenido lugar entre ellos:

Sandra con sus primas y Pakito and friends

Dos más de chavales:

Alkezar, Arkaitz, el Rene, otro y una jamba (izq) y un grupo desconocido del Actur (dcha)

Tu fantasma

Este lugar se ha vuelto loco. Te dibuja en cada esquina, te lanza a través de cada puerta abierta. Me despisto y ya me hace oir el teléfono, tu voz gritando mi nombre por la ventana, susurrándomelo al oido, dormida, mmmmmmmm.
Vuelvo la mirada y allí está tu cara radiante de brazos abiertos, tu risa sencilla que rebosa inocente alegría. Tus piernas lanzándote a una vorágine de saltos infantiles sobre la cama, tus manos de princesita agarrándome cuando te cojo, te peso, te bajo, te abrazo, me miras y aquí estás, conmigo.

La mejor canción del mundo

Reloj, no marques las horas...

Pumuki

Mi particular viaje al centro de la tierra: Capítulo final II

Pakito vuelve a casa...

A las cinco de la mañana dejé a todo el mundo durmiendo y me escabullí sin mucho ruido de la residencia con un poco de penica y nerviosismo.
Ya en el autobús apuraba los últimos carteles en inglés, los coches por la izquierda y esas cosas y unas horas más tarde ya estaba de vuelta en la la capa exterior de la tierra haciendo un nostálgico repaso de lo chulo que había sido mi viaje al centro.
Y aquí termina mi relato surgido a partir de la demanda de xTonyx de que contara lo que más y lo que menos me había gustado. Contestar de forma "pues lo que más: ta ta ta, lo que menos: ta ta ta" me parecía inprocedente y sólo se me ocurrio hacerlo de esta forma. En resumen lo que más mucho y lo que menos nada. Pa volver señora.
Otro largo viaje me espera ahora pero he cumplido mi promesa, así que os deseo buena suerte y que lo paseis teta questais en la edá.
Un abrazo a todos, nos vemos en septiembre.

Mi particular viaje al centro de la tierra: Capítulo final

Las aventuras de Pakito llegan a su fin...

El cuarto día amaneció con la expectativa de ver al fin la ciudad en la que viviamos, Oxford. Así y, como no, tras degustar una reponedora dieta vegetariana, un internacional grupo emprendimos la marcha.
Si todos los edificios de Londres me gustaron, en Oxford quede casi al borde del síndrome de Stendal. Lo siento pero no hay palabras. Vendría a ser como un parque temático pero de verdad. Como cuando entras al Irish pub de tu ciudad, pero estos son de verdad, no diseñados por un decorador. Como cuando imaginas esas disciplinadas figuras de profesores y alumnos ingleses con togas paseando por las salas de un colegio interno construido en el siglo XVIII, pero de verdad. No sé si me explico. Cada edificio, cada college supera al anterior en espectacularidad y pompa. Y toda esa atmosfera es la que rodea al viajero a cada paso que da por la honorable villa de Oxford. Creo que no me he sabido explicar con claridad, pero es que hay que ir pa entenderlo, co.
Para aumentar más si cabe la susodicha atmósfera, decidimos entrar en un concierto de música clasica, donde una joven y su violín dejaron al publico boquiabierto y a alguna medio sobada.
Para rematar el día unas pintillas de cerveza en un auténtico y genuino pub inglés. Eso sí, ni sé si serían las 12 de la noche y cada 5 minutos la camarera nos empezó a visitar al grito de 15 minutes to finish, 10 minutes to finish... Y a casica.
Como no habíamos acabado de exprimir la ciudad en todo su esplendor, el 5º día decidimos volver a recorrerla, pero esta vez como hacen los nativos, en su medio de transporte favorito, the bike. Y es que si no espabilas, en Oxford puede que no encuentres sitio para atarla cuando quieras aparcar. Esa gente si que sabe, vete tú por el centro de Zaragoza con la bici y a ver que pasa. Especial atención al parque grande de Oxford. Este fue pues el día más tranquilo, paseo, compra de suvenirs, y por la noche unas cervecillas en un pub en el que unos abueletes con sus instrumentos que parecían de coña rocanroleaban amenizando la velada. Después a casa, una partidilla de cartas, unas risas y al sobre.
Llegó el momento de mi partida, así que los nervios no me dejaron dormir pansando lo que ocurriría si perdia el avion.

Go veg!: el retorno

El Reino Unido no es el Rey de los países: es demasiao gritón, demasiao orgulloso, siempre tiene que llamar la atención y meterse donde no le llaman, busca broncas, se cree mejor que los demás, le gusta demasiado el chismorreo, y bueno, un montón de cosas más.
Pero a pesar de todo ello sigue siendo "una sociedad mucho más madura que la essspañola, con muchísimos más signos de adaptación y respeto". Mostraré un botón: la cultura vegetariana, que aquí está extendidísima. Veamos:
. Hemos tratado en clase la eticidad de comer animales.
. Las guías de la Universidad recomiendan hacerse vegetariano para comer "más sano, económico y sabroso".
. En todos los bares, restaurantes y garitillos de mala muerte hay una amplia selección vegetariana, bien indicada y destacada.
. En las etiquetas de los productos pone bien claro y en la parte de delante si es vegetariano, además de indicar por atrás en apartado especial si contienen huevos o leche.

Incluso una misma puede elegir, según su nivel de ceguera, moralidad, sangre fría o sanguinariez, el grado de sufrimiento que quiere infringir a las gallinitas:







Por contra, recuerdo la última vez que pedí un bocadillo vegetariano en España:
- Sí, tenemos uno vegetariano con pechuga.
- Con lechuga.- dije, dando por hecho que no había entendido bien, pero por si acaso.
- Sí, pechuga.
- ¿Qué? ¿Lechuga?- no me podía creer que este trabajador de la hostelería se pensase que los filetes se cortaban de los árboles.
- No, pechuga.- dijo él con un poco de mala gana ya.
- O sea, pechuga, con p.
- Sí.- Para sí:- esta tía es tonta o nació por un culo o qué le pasa.
- Bueno pues póngame unas papas- atajé.

Hasta la coronilla del inglés, señora *

Al principio hace mucha ilusión leer las señales, los carteles, los anuncios, y en general ese tipo de cosas que tienen pocas letras. Cuande te apetece, y sólo suando te apetece, te aventuras con otras cosas: panfletillos, etiquetas de los productos y cosas así. También mola hablar con el tendero y decirle thank you y goodbye, la verdad es que todo eso es bastante emocionante.
Pero cuando se trata de leer Annual Reports de compañías, leer libros sobre management, escribir 8000 palabras sobre eso en semana y media, hablar ante un público que está callao y escuchándote, entender slang y vete-a-saber-qué-acento 35 horas a la semana, y lo peor de lo peor de todo, hablar por teléfono tres o cuatro veces al día, uno acaba hasta la coronilla del inglés, señora.
Créame.

Llegó mayo

Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro aun más.

Ese mes deseado... y temido.
Con él llegó la hora del resumen. Y de la puesta de título. Con él asoma el túnel al final de la luz. Pero si me pongo las gafas de ver de lejos también asoma la luz al final del túnel.
En mayo toca max(disfrutar) el último capítulo, y mientras ir forjando la lágrima que finalmente caerá al cerrar la tapa. Pero, entre tanto, me impaciento por leer el siguiente libro, por sonreir cuando cite cosas de éste.
Y a uno se le marchitan los pensamientos. Y vuelven a florecer.