Españoleando en Guirilandia

Soy cañí porque así me hizo Dios.

26 agosto 2006

Los maravillosos y repugnantes mecanismos de la naturaleza

"¿Sabía usted que la cuclillo pone los huevos en nidos de otros pájaros, a la vez que engaña a éstos después que nacen sus pichones?

Cuando llega la época de postura, la hembra cuclillo (...) se oculta entre las hojas y espía a otros pájaros que construyen sus nidos. (...) Entra en acción cuando ve que la hembra del otro pájaro pone sus huevos. Apenas la propietaria del nido parte del mismo, la cuclillo se dirige allí y pone su propio huevo a la vez que procede de manera muy inteligente, pues toma uno de los huevos puestos por la dueña del lugar y lo arroja afuera. De esa manera evita que la mencionada entre a sospechar algo (por la modificación de la cantidad de huevos).

La cuclillo emplea una estrategia notable, con una regulación del tiempo perfecta, para garantizar que su descendencia empiece una vida segura. (...)

Al quebrarse la cáscara y luego de un período de incubación de doce días, el cuclillo recién nacido, apenas abre los ojos después de cuatro días, se encuentra con sus padres sustitutos muy cariñosos. Lo primero que hace el polluelo después que sale del huevo, es tirar fuera del nido los otros huevos cuando los padres sustitutos están ausentes. Entonces éstos alimentan única y cuidadosamente al recién nacido, al que lo consideran hijo de ellos. Hacia la sexta semana, cuando la cría deja el nido, nos encontramos con el interesante panorama de ver al hijo adoptivo, un pájaro grande, alimentado por dos pájaros pequeños.

Pensemos porqué el cuclillo deja su descendencia al cuidado de otros pájaros. ¿Se vale la cuclillo de ese recurso porque es demasiado perezosa o por la falta de destreza para construir el nido? ¿O será debido a que una vez construyó el nido y cuidó a la cría pero después comprobó que era una tarea muy ardua y encontró este método? ¿Piensa usted que un pájaro puede planear algo así? Seguramente ninguna de estas suposiciones es cierta. Lo que hará este ser viviente le será inspirado. Al igual que todas las otras criaturas, los cuclillos también hacen lo que Dios les ordena."



"Me preguntaba sobre ese Dios Cósmico que permitía que sus criaturas se torturase unas a otras así. ¿Cuántos homínidos, mamíferos y trillones de otras criaturas habrían pasado sus últimos minutos en semejante miedo mortal, sus corazones desbocados, la adrenalina fluyendo por su cuerpo y cansándolos más rápidamente, sus pequeñas mentes compitiendo en una carrera sin esperanza de escapatoria? ¿Cómo puede un Dios describirse a sí mismo como Dios de la Misericordia y llenar el universo de colmillos como éstos? Recordé que mi abuela me contaba que Charles Darwin, a pesar de ser ser criado como devoto cristiano, se había vuelto ateo al estudiar una avispa que paralizaba a una especie de araña grande, le insertaba su embrión, y dejaba que la araña se recobrase e hiciese su vida hasta que llegaba la hora de que la larva de avispa abriese su camino a la vida a través abdomen de la araña viva."
Dan Simmons, Endymion, cap. 34

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19 agosto 2006

Dios, ¿estás ahí? ¿Has leído las noticias? ¿Te has enterado de que, al parecer, aquí en Londres acaban de desmantelar otro atentado islámico, y que en el el otro lado del mundo se están pegando ahora más que nunca los musulmanes y los judíos, éstos apoyados por los cristianos?

Dios, ¿cuántos cientos de personas planeaban matar esta vez? ¿Qué número iban a sumar a tantos otros millones de muertos a causa de la religión desde que enviaste a Jesucristo? ¿Les encomendaste Tú el asesinato de sus semejantes, como ellos proclaman?

Dios, si no lo hiciste, ¿harás justicia cuando mueran los asesinos? ¿O les darás en cambio la bienvenida en el cielo a los que se autoinmolan en Tu nombre, o a los que quemaron herejes, como ellos esperan?

Dios, ¿por qué permites que se cometan semejantes actos? ¿Porque nos diste libertad? ¿Libertad para que Tus criaturas se aniquilen unas a otras en Tu nombre? ¿No te preocupa que lo hagamos? ¿No te importa? ¿Es eso lo que querías? ¿Son éstas las criaturas que creaste? ¿Sabías que lo íbamos a hacer cuando nos pusiste en el mundo? ¿Eres Tú también como nosotros, ruines y prepotentes?

Dios, ¿estás ahí?



Bad Religion, God's Love

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15 agosto 2006


Va para nuestro querido Little J, que se esta leyendo el mejor libro del mundo.

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13 agosto 2006

11 agosto 2006

El peso de Londres · r e t u r n s ·

Esa corteza es larga, costosa de atravesar. Cada mañana hay que desayunar bien para no desvanecer en ella, durante el día hay que evitar su fricción lo más posible y llevar una mochila cargada de recursos porque hasta la noche no hay descanso.

Es una corteza opaca y sorda, con millones de reacciones interesantes sucediendo en cada instante totalmente ajenas a mí.

Es aislante, de plomo y asfixia, e irreparablemente distancia entre sí a quienes la sufren.

Una corteza que, una vez experimentada, expulsa a uno de aquí como por centrifugación.

En esas estamos, agarrándonos fuerte, quietos en la mata a pesar de todo, hay que ver.

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05 agosto 2006

El peso de Londres

Londres tiene una corteza gruesa y pesada, compuesta de interminables (interminables) barriadas de inmigrantes que se han adueñado de las casas, las calles, las tiendas y el estilo de vida.

Las casas, antigüas como todo en Londres, no obstante se yerguen elegantes. En cambio sus tripas están corroidas por los incesantes y desalmados alquileres de amor a la peseta. No hay un solo baño sano ni una sola cocina entera, las habitaciones sangran con el repiquetear de las goteras en los días lluviosos, y sufren de la aglomeración como de un cáncer.

Las calles están llenas de basura, en las esquinas proliferan lavadoras muertas, neumáticos, plásticos roídos por el sol. Las vías principales, además, están inundadas de coches, tráfico incesante, lento, ruidoso, peligroso, egoísta e irrespirable.

Las tiendas han pasado a ser badulaques abarrotados de objetos penosos, con rótulos aborrecibles que ostentan nombres con *sutiles* referencias al ahorro y exhiben eslóganes que prometen el oro y el moro, pero sólo atinan en el segundo, en el insistiente tendero que guarda descuentos especiales para todo el mundo.
Tendero que por la tarde criticará el consumismo occidental, pero que ahora llora por una peseta en su negocio paupérrimo. Que tapa a su mujer hasta las cejas como es la tradición, pero que no descuida el móvil de colgar en la oreja ni el mercedes, cuando puede. Que trabaja duro, a diferencia de los europeos, vagos ya. Y que nos va a reventar con nuestras propias contradicciones, a pesar de las suyas.

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