Españoleando en Guirilandia

Soy cañí porque así me hizo Dios.

05 marzo 2005

Mi particular viaje al centro de la Tierra chu

Continúan las aventuras de Pakito en singular visita a Oxford...

NO DESESPEREN MÁS!!!
Mis obligaciones académicas me han mantenido lejos de este mi fiel amigo Paco Contreras (PC). Pero acabado el examen "listening comprenhension & composition" por fin lo que todos ansiaban, la segunda parte de "MI PARTICULAR VIAJE AL CENTRO DE LA TIERRA!!!"
Una vez en casa era el momento de decir "uff, pos yastoi aquí..." y era el momento de las presentaciones y del accomodation:
- Mira, eses el baño, esa la cocina y esa la p.. la francesa que me tiene frito...
Pero menos mal que no todol mundo era p... y asi tuve el primer contacto con la colonia española compuesta mayormente por dos bandos, el bando güay y el bando menos güay. En todo caso me limitaré a hablar sólo del bando güay.
Así tuve la oportunidad de conocer a la Silvi (amiga y vecina), a la Altair (que por motivos que no puedo explicar pasaremos a llamar a partir de ahora Leire), al Moncho y a la señora de San Mateo.
Después del stres del viajero tampoco había muchas ganas (ni mucho tiempo) más que para un poco de vida social y para inaugurar ese "PEASOcorshon"hinchable que Leire muy amablemente puso a mi entera disposición.


Una vez levantaos llegaba la hora de emprender: "LA MARCHA HACIA LONDRES!!!"
Pues gracias a la generosidad británica y a un carné de estudiante de Silvia con una foto de Raúl pegada pudimos emprender el viaje a un precio bastante más módico del habitual.
Lo primero que me chocó fueron las lujosas casas de Notting Hill. Pero es que fuera de ese barrio todo siguen siendo casas o al menos bloques de no más de dos pisos, pero no sé si por diferentes o por qué lo eran, todos los edificios me parecían muy bonitos.
Y así comenzó la maratoniana marcha por la capital del imperio y todo mola y todo te suena a película, Carnaby Street, Picadilly Circus y sus luces, el Soho y su ambiente underground, Trafalgar Square, el Hyde Park que suena a concierto, los autobuses, los taxis, las cabinas telefónicas, etc., etc. Mención especial a la impresionante majestuosidad del "Big Ben". En la casa en que crecí había un reloj que imitaba el sonido del Big Ben. Se lo habían regalado a mi madre en un banco. De pie sobre el puente que cruza el Támesis, escuchando aquellas campanadas musicales, se podía decir que era como estar, por fin, en el concierto de ese grupo que tanto te gustaba pero del que solo habías escuchado en cintas.
Sin embargo la mayor parte del tiempo disponible para el primer día no fue invertida en ver edificios sino en visitar un museo.
¿Acaso no son las guerras aquello que más modifica, afecta e influye en la historia?
¿Acaso no somos, en el lugar donde vivimos, mas que un granito de arena en medio de lo que un día (o más de uno) fue un campo de batalla donde nuestros antepasados lucharon y murieron condicionando así, al vencer o perder, el idioma que hoy hablamos, el dios en que creemos y hasta la ropa que vestimos?
Si señores: el “Imperial War Museum" allí dónde se encierra la historia del siglo XX y donde podemos comprobar lo inteligentes que somos las personas a la hora de perder la inteligencia y ponernos a machacarnos entre nosotros inventando todo tipo de ingenios de destrucción.
Y de primer plato nada más y nada menos que un trozo de muro de Berlín en la puerta así como el que no quiere la cosa. Cuando uno se acerca para tocarlo no parece mas que un trozo de hormigón, pero cuando te paras a pensar que esa piedra mantuvo al mundo separado en dos bloques durante decenas de años y las consecuencias que pudo acarrear su existencia, la gente que murió por intentar saltarlo, etc. a uno le tiemblan las piernas.

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