Españoleando en Guirilandia

Soy cañí porque así me hizo Dios.

16 abril 2005

Cabalgando por el Ciberespacio

Mi vuelta al mundo ciberpunk me está haciendo recordar un millón de anécdotas que viví durante mi primera incursión.
Recuerdo, por ejemplo, que mi mecenas, jefe Gerardo, estaba emperrado, como sólo él podía emperrarse de algo, con que los chavales se engancharan a juegos de ordenador. Un día oyó hablar de los juegos de Windows. Me recalcó inmediatamente:
- Apunta: los juegos del Windows para los chavales, ¿eh?

Jefe Gerardo Jefe Richal
Jefe Gerardo (mi primer mecenas, a la izquierda) y Jefe Richal (mi mecenas actual, a la derecha)

También estaba aquella negrita pesada que buscaba títulos de canciones en internet:
"- Perico de los Palotes: Download now"
"- Fulanito de Tal: Available next week"

La negrita pesada
La negrita pesada en uno de sus ciberligoteos. Olía muy mal.

O los macas preadolescentes que hablaban por el chat con chicas y se contaban sus hazañas entre ellos a grito pelao:
- ¡Co mira, ésta se llama Sandra69! ¡Voy a entrarle, co!
Escribiendo:
- De-donde-eres?
Al poco:
- Mira co, dice que de Monserrat, ¿y tú? ¡Eh co, me dice que y yo!
Escribiendo:
- De-las-Deli-cias.

Maquillas
Macas preadolescentes


Pero lo mejor fue Adolfo. Llegó un día con un correo-e impreso con un número de teléfono que le tuve que ayudar a marcar. Y habló acentuando cada última sílaba, como sólo sabe hacerlo un aragonés de pura cepa, en una conversación corta pero sumamente interesante. Repitió todo el rato:
- Queyotevoyaquerérmuchóó, Yolandáá.
- Queyasequetienesunahijáá, peroquelavoyaqueréér, igualqueatí.
- Venparaquí, quenotengomuchóó peroquesitevienesnotevaafaltardenáda.
- Queyonecesitounamujér.
Obviamente, yo estaba muy interesado en conocer el resto de la historia. Y gracias a Dios, o a quien sea, empezó a venir a diario, y mi deseo me fue concedido.
(Continuará...)

Etiquetas: