Españoleando en Guirilandia

Soy cañí porque así me hizo Dios.

08 noviembre 2004

Post explosion post

Y tan inminente. Tras los últimos días mi boca empezaba a rebosar espuma, de puro absurdas y desmesuradas que me parecían sus exigencias para el piso. Me sentía acusado sin motivo, engatillado por pistolas de invisible justicia, cercenado el normal transcurrir de mi vida. No dejéis que las puertas se cierren solas, no pongáis música, no habléis alto en la cocina, vuestros amigos os están siempre llamando por teléfono y a la puerta, todo el rato entrando y saliendo, y tengo mucho que estudiar. Toma y yo. Así que ayer por la noche mi boca empezaba a rebosar espuma, rabiaba de su hipocresía, porque eso sí, luego es toda buenas caras, y ponía Minor Threat a tope para descargar mala leche, para que rabiase ella, ahora que estaba en la cocina escuchando música. Pero me golpeó con frenesí en la puerta. Bajé la música y me cagué en Dios de nuevo, en ese Dios que permitía que existiesen criaturas como aquella. Me intenté calmar, salí al pasillo y la oí gritar desde la cocina: “¡¡¡Hagamos ruido!!! ¡¡¡Hagamos ruido!!! ¡¡¡Seamos ruidosos!!!”. Blasfemé reiteradamente sobre varias figuras clericales. Me volví a intentar calmar. No lo había conseguido del todo cuando vinieron nuestros amigos, estuvimos hablando en la habitación, y en otro arrebato demente vino a gritarnos con su habitual leche no ya mala, sino putrefacta, que a ver si es que no podíamos dejar de hacer ruido todo el rato. Y la olla estalló.

Es curioso discutir en inglés. Las palabras aparecen sin pedirlas, no como de costumbre, fluyen, se empujan, y hay mucha más vida y belleza en el hablar. El significado desenfocado que tienen las palabras en idioma ajeno le lanza a uno hacia la nitidez, obvia rodeos y eufemismos, ataca al corazón del problema con dardos afilados. Y es incluso gratificante poder gritar “fuck off” en el contexto apropiado.

Etiquetas: